Mi diario de innovación

Decía el poema "caminante no hay camino, se hace camino al andar". Para innovar en la organización administrativa en la que trabajo, sería necesario destruirla entera y volver a crearla, manteniendo sólo la aplicación informática y los profesionales (si, profesionales, que no son todos) de todo tipo (funcionarios, laborales y demás) que por ella circulan. Pero como eso no es posible, o al menos yo no lo veré antes de jubilarme, y me quedan 25 años todavía, me conformo con ir introduciendo pequeñas mejoras que en su conjunto supongan una innovación, es decir, pequeños pasitos que hagan un camino por el que otros puedan andar. Ese será mi reto, construir un camino a base de caminar.

Lunes, 30 de mayo de 2016.

Hoy hemos establecido un convenio de colaboración, verbal, entre el Centro de Empleo en el que trabajo y el centro penitenciario más próximo. Por una documentación que nos ha llegado y que como todos los expedientes X, ha acabado en mi mesa, me he puesto en contacto con una trabajadora social del centro penitenciario. Hemos hablado un rato sobre el documento, que básicamente era un certificado indicando que un señor llevaba más de año y medio interno en dicho centro, y por el que ya no podíamos hacer nada, puesto que su demanda llevaba en baja por no renovación algo más de una año. De ahí hemos pasado a decidir entre ambas que para evitar que sucedan estas cosas, por los perjuicios que se causan sobre todo a los familiares (que dejan de percibir el ingreso de la prestación), cada vez que una persona, que esté inscrita en nuestra oficina, ingrese en prisión, la trabajadora social nos lo va a comunicar por correo electrónico para que le suspendamos la demanda y evitar así que caiga en baja por no renovación. Como firma de dicho convenio, nos hemos intercambiado las direcciones de correo electrónico y los números de teléfono.

Finalmente, he comunicado a mis superiores inmediatos el contenido del convenio y si bien es verdad que no han dado saltos de alegría, al menos no se han quejado.

Lunes, 6 de junio de 2016. Lunes....

Hoy no puedo hablar de innovación, sino de des-innovación.

Desde los Servicios Centrales se ha decidido que la Oficina de Empleo en la que trabajo sea una “oficina piloto” en cuanto a la aplicación de una innovación tecnológica que permite a los demandantes de empleo que tienen su demanda en baja, hacerse una nueva demanda a través de los Puntos de Empleo, las “maquinitas verdes”, que hasta ahora sólo servían para renovar las demandas cada 90 días y poco más, situadas en las oficinas de empleo, ayuntamientos, sedes de los sindicatos, universidades...

¿Por qué entiendo que esto no es una innovación sino todo lo contrario? Bueno, es innovación tecnológica, pero presenta una faceta que perjudica a los usuarios, no crea valor público, más bien lo resta, por lo que no es innovación, o al menos no la veo como tal.

En el protocolo de actuación para las inscripciones en los Puntos de Empleo que nos enviaron hace dos meses, se establecían los casos en los que un demandante de empleo que tuviese su demanda en baja podría hacerse una nueva demanda en estas máquinas. La mayoría de los supuestos suponen una mejora que facilita la vida a muchos demandantes de empleo, como por ejemplo, los que trabajan en la hostelería todos los fines de semana, los que “salen a las calles” (los contratados a través del PFEA, antiguo PER), los que trabajan pocos días en las campañas agrícolas, etc.

Con el nuevo sistema todos estos usuarios cada vez que trabajen, una vez que finalicen su minicontrato (hasta un máximo de 100 días) no necesitarán pedir cita ni acudir a la Oficina de Empleo, sino que se podrán dirigir a su Punto de Empleo más cercano, meter su usuario y su contraseña y hacerse una demanda nueva.

Pero hay un supuesto contemplado en el protocolo que en mi opinión puede perjudicar a los usuarios, y es el de las “bajas por no renovación”. Un demandante de empleo puede tener su demanda en baja por no renovación simplemente porque se le ha olvidado renovar la demanda. En ese caso, te fastidias, tu obligación es estar pendiente de esto cada 90 días. Pero también se da el caso de demandantes de empleo que en la fecha de la renovación se encontraban enfermos u otras situaciones tasadas por la norma, que se pueden justificar y dan derecho a la recuperación de la demanda. Y, además, hay otra situación que se da con mucha frecuencia, que es el de aquellas personas que empiezan a trabajar y a las que la empresa por error o por omisión de su obligación, no comunican a la administración el contrato de trabajo. El ahora trabajador, que desconoce esto, no comunica que ha empezado a trabajar, porque se supone que ya lo ha hecho la empresa, y con el transcurso del tiempo su demanda cae en baja por no renovación.

Y ahora llego al quid de la cuestión. Todas estas personas que por circunstancias fortuitas tienen su demanda en baja por no renovación, se dirigen a los Puntos de Empleo, porque “les dicen” que ahí se pueden hacer “el cartón del paro” sin esperas, y ellos van, y se hacen la demanda de empleo nueva. Y luego se dirigen al SEPE, a solicitar su prestación y se encuentran con que este organismo se la deniega por haber tenido una baja por no renovación en su demanda. ¿Y ahora qué? ¿quien sale perjudicado?

¿Qué se pretende con esto? ¿Por qué se pone en marcha ahora? ¿Para prestar un mejor servicio? Pues no, se pone en marcha para evitar las colas en las oficinas de empleo. Se dirige a los demandantes hacia la “maquinita verde” y con el tiempo hacia la página web, así reducimos los tiempos de espera, las colas y la falta de personal en las oficinas, sobre todo, ahora en verano con las vacaciones.

Por eso, para mi esto es una innovación tecnológica, pero no una innovación que crea valor público. No se crea nada nuevo, el trámite pasa de ser presencial a ser telemático, aunque con ello se perjudique a los usuarios que se encuentren en la situación de baja por no renovación antes descrita, y se justifica la no necesidad de personal en las oficinas de empleo para hacer las demandas, como si en las oficinas no se hiciesen otras tareas que aportan mayor valor público como es la intermediación y gestión de ofertas de trabajo.

Y lo que más me fastidia es que quien hace tan solo dos meses, cuando salió el protocolo, compartía esta opinión conmigo en el ámbito de mi oficina, hoy le parece una idea estupenda que ahorra trabajo y personal.

Hoy, definitivamente, no ha sido un buen día.

Jueves, 9 de junio de 2016

No sé exactamente cuantas oficinas del SAE hay en Andalucía, supongo que muchas, pero de todas ellas tenían que elegir la mía como oficina piloto 1, ya es casualidad!. El lunes nos informaron de que la "innovación-mejora" que os conté se iba a poner en marcha en 16 oficinas piloto desde el miércoles 8, 16 oficinas entre las cuales estaba la mía, pero la realidad ha sido que se ha implantado un día después, el jueves, y sólo en la mía. ¿Tendrá esto que ver algo con el curso de innovación que estoy haciendo? Espero que no.

El caso, es que ahora mismo, en mi oficina puede una persona que reúna los requisitos del protocolo, inscribirse como demandante de empleo sin necesidad de pedir cita o de ser atendido en mesa, con que haga la cola en la maquinita verde, es suficiente.

Y a que no os imagináis quien ha sido el primer usuario en probar a inscribirse como demandante de empleo. Pues si, yo, utilizando mis propios datos de usuario, que para eso los tengo, para experimentar todas las cosas nuevas que nos mandan sin tener que utilizar a los usuarios reales. Una vez que me ha funcionado a mi, hemos probado con los usuarios que han ido llegando.

Y claro, han ido surgiendo los primeros problemas, como los que describí el lunes, ya que la maquinita sólo indica que la demanda está en baja, pero no por qué, y otros similares.

Lo gracioso, que no tiene gracia, es que si nos hubiesen preguntado a los que trabajamos en las oficinas de empleo sobre esta mejora y su protocolo antes de ponerla en marcha, muchos de esos problemas ya estarían resueltos.....

Veremos como evoluciona y esperemos que el piloto no se estrelle......