martes, 5 de junio de 2018

REFLEXIONES COMPLEJAS




REFLEXIONES COMPLEJAS

Veintidós años después de acabar la Licenciatura en Ciencias Políticas y Sociología, en el marco del curso sobre Dirección Pública,  vuelvo a reencontrarme con uno de mis profesores, D. Manuel Zafra, al que recuerdo como uno de los mejores que tuve, hasta el punto de decir que fue el único del que no me salté ninguna clase, al contrario, daba gusto escucharlo explicar qué era y cómo funcionaba la Ciencia de la Administración.

Y a pesar de los años pasados, Don Manuel sigue en su línea (da gusto escucharle) y la administración en general....la suya!

La Función Directiva Pública se nos revela como una posición profesional compleja, que debe aplicar las directrices políticas con criterios de técnicos, subordinados a los tiempos políticos y no siendo excesivamente bien vistos por los funcionarios técnicos a los que dirigen y que, en ocasiones, aspiran a ocupar esos puestos. 

El sistema de selección de estos directivos se basa principalmente en la confianza que en él deposita el cargo político. Desde que entré en la administración, siempre he escuchado decir que para solicitar un puesto de estas características, los llamados PLD, es condición necesaria que te inviten a hacerlo. Con lo cual, el sistema de selección se convierte en un mero protocolo de ascenso.

Los cargos políticos, con sus tiempos medidos en elecciones y en votos, necesitan directivos que transformen sus decisiones en hechos tangibles y para ello se apoyan en el personal directivo que es quien hace funcionar la maquinaria administrativa que lleva esas ideas a la práctica. Pero su error es dar más peso a la confianza entendida como lealtad que a la profesionalidad. 

Ni siquiera es necesario que cambie el color del cargo político. Dentro del mismo color, en cuanto se toma posesión del cargo, el nuevo suele tirar de sus afines, sin importarle el trabajo hecho por los anteriores directivos. Y así nos va...... 

La Gobernanza, en mi modesta opinión, es todavía hoy una utopía. A pesar de los avances tecnológicos que facilitan el intercambio de información y la manifestación de opiniones de los ciudadanos, poner de acuerdo a los actores empresariales y a la sociedad civil, liderados por el Estado con el gobierno del color que sea a la cabeza......es complejo. Pero con las nuevas ideas sobre Gobierno Abierto se va avanzando, despacio, muy despacio. 

La creación de valor público, como resultado de la Gobernanza, también resulta un concepto un tanto útopico. Algo creado en el sector público es valioso cuando satisface una necesidad de los ciudadanos. Pero quizás en lugar de partir de la idea concebida por los políticos, transformada en práctica por la administración con sus directivos públicos a la cabeza y aplicada sobre los ciudadanos, habría que hacerlo al revés. 

Me explico. Creo que habría que investigar y conocer, cuáles son las necesidades reales de los ciudadanos, preguntándoles a ellos. Después habría que preguntarle a los funcionarios que los van a poner en marcha su opinión práctica, ya que son los que están más cerca de la situación real de los ciudadanos (utilizando un símil taurino, en la barrera) y por último, diseñar la estrategia política para crear el valor público real. 

Por mi trabajo he podido observar que es relativamente fácil diseñar algo en un despacho cerrado sin tener en cuenta su aplicación práctica. Para eso ya están los directivos públicos de confianza, que son hoy en día los que ponen en marcha la maquinaria administrativa que cae sobre los ciudadanos. 

Ya lo he indicado al principio. Reflexiones complejas.....


Haydee

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